Los Ingleses y franceses creyeron que con la exhibición de sus imponentes naves, alcanzaría para asustara a los argentinos, pero, no fue así: Rosas decidió hacerles frente encargandole al general Lucio N. Mansilla conducir la defensa, junto a más de un millar de argentinos.
Fue entonces que en el recodo más delgado de nuestro ancho Paraná las valientes tropas encadenaron el río para defender nuestro territorio y dieron batalla un 20 de noviembre de 1845, en lucha desigual con los poderes más fuertes de la Tierra. La estrategia fijada por Rosas y Mansilla tuvo éxito y las grandes potencias de la época finalmente se vieron obligadas a capitular aceptando las condiciones impuestas por la Argentina. Las provincias litorales continuaron siendo parte de nuestro territorio y el Paraná es hasta hoy un río interior argentino.
Por eso se ha instituido al 20 de noviembre como el Día de la Soberanía Nacional.